A las trabajadoras del servicio doméstico

A día de hoy, las leyes -hechas a medida de quienes las escriben- siguen manteniendo que no todos somos iguales.

En materia laboral, podemos comprobar cada día cómo hay trabajadores «de primera» y «de segunda»; aunque nos intenten vender la moto de que vivimos en un «estado de bienestar» con unos derechos mínimos para todos, aún hay personas que, al parecer, no cuentan.

Es el caso del Servicio Doméstico, que, pese a pertenecer a sectores establecidos (como es el de limpieza), carece de ningún convenio laboral ni nada que se le parezca, quedando las trabajadoras (ya que habitualmente son mujeres) a merced de la «buena» o mala voluntad de quienes pagan por su trabajo. Dada la precariedad de este sector, en el que no es raro cobrar «en negro» por estar sin contrato, muchas trabajadoras sienten cómo esta situación -ya de por sí bastante precaria, careciendo de seguridad social, de cualquier prestación por desempleo o de pensión por jubilación- es aprovechada por aquellos que contratan sus servicios, que se ven impunes ante cualquier irregularidad que cometan hacia la trabajadora (como, por ejemplo, no pagarle lo estipulado). Si, además, la trabajadora en cuestión no tiene en regla los papeles que el Estado le exige, todo lo anterior se agudiza.

Creemos que exigir una regulación con unas condiciones dignas para este sector, con su alta en la Seguridad Social, pagas extras, indemnización por despido, consideración de la peligrosidad (enfermedades y lesiones propias de la profesión), etc., es un comienzo. No obstante, creemos que ante un conflicto laboral el trabajador debe exigir lo que es justo. Y si la ley no lo contempla, no ha de ser óbice para que a cada uno se le dé lo que le corresponde: si a una trabajadora sin contrato o sin papeles no se le ha pagado su salario nos es indiferente que la ley la ampare o no; lucharemos por lo que creemos que es justo.

En CNT practicamos la acción directa, sin intermediarios, y cada día comprobamos que la fuerza de los trabajadores está en la unión, la solidaridad y el apoyo mutuo. Somos trabajadoras y trabajadores, única y exclusivamente, ya que rechazamos tener liberados sindicales y participar en el juego de las subvenciones, las elecciones sindicales y los comités de empresa. Por que lo tenemos claro: «Si nadie trabaja por ti, que nadie decida por ti». Separados no conseguimos nada, pero juntos lo podemos todo, y el sindicato es nuestra única defensa ante los atropellos de empresarios y contratantes de todo tipo. Pero no cualquier «sindicato» (palabra corrompida por organizaciones que no son sino marionetas del poder, que jamás morderán la mano que les da de comer). Nosotros practicamos el Anarcosindicalismo: las decisiones las tomamos nosotros mismos en la asamblea, no hay dirigentes que las tomen por nosotros; y nos apoyamos mutuamente con independencia de en qué sector trabaje cada uno.

No es nada nuevo que las trabajadoras y trabajadores vivimos en una permanente crisis creada por aquellos a quienes no falta de nada: empresarios y capitalistas en general, banqueros y otros buitres, siempre sostenidos por los gobiernos y la clase política, y por los medios de comunicación, que a base de enmascarar la realidad tratan de mantener a la población sumida en el letargo. No es cosa de ciclos económicos, sino que este estado permanente se debe a la propia injusticia e irracionalidad de este sistema.

Pero está claro que ante esta situación los de abajo no podemos permanecer impasibles, tragando sin rechistar un abuso tras otro. La única salida que tenemos es afrontar de cara los problemas y luchar por cambiar la sociedad, y la única manera de hacerlo es junto a aquellos que sufren la misma opresión.

Si también crees que es importante luchar por lo que es justo, te animamos a pasarte por la CNT-AIT.

¡ORGANÍZATE Y LUCHA!

Panfleto editado y repartido por el SOV de Madrid

CNT de León

Página web oficial de CNT León