Con la Iglesia hemos topado

La denuncia presentada por el Arzobispado de Toledo contra un compañero
cenetista, a consecuencia de una conferencia que pronunció, lo
demuestra claramente.

Y es que no hay cosa que odie más esa siniestra institución que la libertad en general y la libertad de expresión en particular. No hay más que recordar su sanguinaria historia llena de víctimas, que unas veces ardían en hogueras, otras eran arrojadas a las mazmorras de las cárceles secretas de la Santa Inquisición y otras, en fin, eran expuestas a la pública humillación; y sólo por discrepar de los dogmas oficiales o incluso sin motivo, pues está documentado que más que a judíos o musulmanes la Inquisición persiguió a cristianos acomodados, porque la condena inquisitorial conllevaba la incautación de los bienes del condenado.

En los últimos tiempos han salido a relucir infinidad de casos de abusos sexuales en distintos países, desde los Estados Unidos de América hasta Irlanda, pasando por Suiza, España… Y también en Alemania, donde el escándalo ha salpicado al propio hermano del Papa. Y es fácil imaginar lo que ocurrirá en otros muchos países de los que las grandes agencias de información apenas se preocupan. A los anarcosindicalistas nada de eso nos sorprende, ni otras muchas barbaridades que puedan salir a relucir, pues conocemos sobradamente qué es la religión y cómo son sus sacerdotes. Los libertarios llevamos siglo y medio combatiendo la superstición y desenmascarando una institución que ha demostrado repetidamente su apego al poder y la riqueza y, en consecuencia, su desprecio y su odio a quienes combaten toda forma de autoridad de unos seres humanos sobre otros y la consiguiente explotación.

benedicto2La historia de la Iglesia (y no sólo de la católica, obviamente, aunque a ella nos estemos refiriendo) es una historia de muerte y sufrimiento para millones de seres humanos; no hay más que pensar en las guerras entre católicos y protestantes que asolaron Europa o en las cruzadas, siendo del más triste recuerdo la Cruzada de los niños. Pero si nos referimos a épocas más cercanas y a sucesos que nos afectaron mucho más directamente, no podemos pasar por alto los años del pistolerismo, durante los cuales los sicarios del Estado y la Patronal asesinaban a los militantes de la CNT, con el beneplácito y el apoyo entusiasta de la jerarquía eclesiástica. Basta recordar que el Sindicato Libre se nutría de los más reaccionarios elementos carlistas, destacando entre ellos Ramón Sales; por cierto que su apoyo a las actividades de tan mal llamado sindicato le costó la vida al Cardenal Soldevila (el que a hierro mata, a hierro muere).

Por lo que se refiere al período de la II República, la Iglesia comenzó a conspirar contra ella desde el mismo 14 de abril, a través de los partidos sobre los que tenía influencia, o directamente desde sus propias organizaciones o desde los púlpitos. La clausura de muchos conventos sirvió de escondite a las armas que se iban procurando clandestinamente los conspiradores, y cuando llegó la sublevación los curas bendijeron las armas que iban a asesinar a trabajadores cuyo único delito era su sed de justicia y de igualdad.

Y si antes hablábamos del odio que a la Iglesia le inspira la libertad de expresión ese mismo sentimiento le inspira la educación que no esté controlada por ellos. La gran empresa pedagógica puesta en marcha por Francisco Ferrer y Guardia, a través de su Escuela Moderna, fue la verdadera causa de su fusilamiento en los fosos del castillo de Montjuich y no, desde luego, su participación en unos hechos -los de la llamada Semana Trágica- en los que para nada intervino, pues ni siquiera se encontraba en Barcelona. No cabe duda de que la Iglesia aceptará el aborto o la eutanasia antes que renunciar a esclavizar la mente de los niños a través de su educación.

Y es que razón y fe, o ciencia y creencia, son conceptos antagónicos; precisamente, el fanatismo -la creencia ciega- está en la base de la religión.

Creemos que de todo lo expuesto se deduce claramente que la historia de la Iglesia es todo un rosario -nunca mejor dicho- de crímenes, lo que la convierte en organización criminal, en organización constituida para delinquir, en auténtica organización mafiosa. Y por ello, porque predican una falsa moral religiosa (que no es más que la ley natural y que además no practican), y porque desde sus inicios han tomado partido por los tiranos y los explotadores, nos tienen y nos tendrán en contra (y ellos lo saben) como enemigos que han demostrado ser de todo espíritu libre y de todo ser deseoso de una auténtica transformación social y de un verdadero perfeccionamiento moral de la Humanidad.

CNT de León

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