Los días 29 y 30 de junio se celebra en Madrid una cumbre militarista de los países de la OTAN.
Los poderes económicos deciden, ahora les toca a los políticos desde los más progresistas a la extrema derecha hacer malabares para convencernos de que apoyar las guerras, el militarismo y la sustracción de los recursos a la educación, la sanidad, la vivienda… para aumentar el gasto militar también es progresista.
La industria armamentística y de seguridad represiva se frota las manos viendo como sus ingresos se duplican; el 2,2% de los ingresos globales se va en gasto militar. Un buque como el Moskva (hundido en el Mar Negro) cuesta unos 750 millones de dólares, con este dinero se podría contratar a 38.600 bomberos/as forestales todo un año, un avión militar cuesta 77 millones de dólares, cantidad similar a lo invertido en 5 años en la investigación contra el cáncer en el estado Español, un tanque vale 11 millones, con ese dinero podrían comer 4500 personas al año. Con nuestros impuestos, o sea, con nuestro trabajo, financian una industria de muerte y destrucción.
La guerra en Ucrania ha sido una coartada para aumentar el gasto en armas y militarizar aún más a la sociedad. Mientras los dirigentes de ambas partes se disputan el control geopolítico y el poder económico mundial, la población de estas zonas sufre la muerte, las mutilaciones, las violaciones y la destrucción de sus casas y ciudades. Para los que dirigen desde sus poltronas estas personas que sufren directamente las consecuencias de sus guerras no son más que peones que se pueden sacrificar y reemplazar.
Para conseguir que estas personas den su vida o maten a sus semejantes sin cuestionárselo se requiere de un adoctrinamiento previo y de una estructura social militarizada, o lo que es lo mismo, jerarquizada, obediente, sumisa, patriarcal, delegacionista y acrítica. El Estado, con todos los medios a su alcance, potencia sentimientos tan nocivos como el patriotismo y el nacionalismo, la uniformidad del grupo, el miedo y el odio a otros humanos por el simple hecho de haber nacido al otro lado de una frontera impuesta.
El progreso humano solo se ha conseguido por la cooperación y el apoyo mutuo. Como personas trabajadoras sin ningún interés en sus luchas de poder proponemos, para parar esta escalada bélica, la deserción en masa de los ejércitos y una Huelga General que dure hasta que se termine con la guerra. Además, exigimos la inmediata puesta en libertad de todas las personas encarceladas por su insumisión y objeción a la guerra y les mostramos todo nuestro apoyo.
Las organizaciones leonesas que integran la REDE con el apoyo de CNT de León, han decidido actuar para mostrar su repulsa ante lo que consideramos un acto coordinado de apología de la violencia que tiene como anfitrión y cómplice al Estado español en la actual Cumbre de la OTAN. Por ello, os informamos de las próximas acciones a desarrollar en el siguiente programa:
Apoyemos de forma solidaria esta campaña antimilitarista. Seamos la resistencia contra la violencia internacional.
¡ACCIÓN ANTIMILITAR, ACCIÓN INSUMISA!
¡NI GUERRA ENTRE PUEBLOS, NI PAZ ENTRE CLASES!