Artículo de las Juventudes Anarquistas de León (FIJA) ante el llamamiento de los «sindicatos alternativos» a la unidad de acción.
Ahora que se oyen ecos de
huelga, vuelven a surgir desde ciertos sectores autointitulados como
«alternativos» nuevas voces a la unidad de acción.
Nosotros, férreos defensores de la unidad como mejor herramienta de
lucha, queremos exponer nuestro punto de vista ante estas proclamas
tiempo antes ya escuchadas.
Unidad de acción
«Una
vez me dijeron:
Los
tuertos pierden el sentido de la distancia
y
con el paso del tiempo, todo
lo
ven en un plano.»
Nosotros, a diferencia de
otras Organizaciones del panorama sindical y social, no entendemos la
unidad de acción como algo separado de la unidad de teoría o de la
unidad de debate. Creemos que la teoría y la práctica deben estar
vinculadas estrechamente, pues toda acción debe llevar atrás una
teoría que la justifique, toda teoría debe comprobarse por su
puesta en práctica y toda acción, o toda puesta en práctica, debe
reflexionarse y debatirse a posteriori, encontrar sus puntos fuertes
y flojos, para no caer en los mismos errores o para repetir los
aciertos. Para nosotros, pues, la unidad de acción es, o bien una
llamada al activismo irracional, sin tener posicionamientos únicos,
o bien una llamada a la repetición de viejos errores.
Creemos que la unidad de
acción, entendida como hemos referido, como activismo irracional,
solo viene a perpetuar la situación de conflicto, pues al no
compartir una teoría tampoco se comparten unos objetivos, conflicto
que es inherente a cualquier sistema de jerarquías, y por lo tanto,
nosotros, como anarquistas, nos negamos a compartir unidad con quien
pretende perpetuar el status quo. Esta situación se alcanza porque
sin una lucha constante, sino simplemente espontánea o incluso
esporádica, no se consigue ningún cambio, por lo tanto, esa unidad
de acción es equivalente a unidad circunstancial, como bien refiere
el compañero García Rúa1.
No podemos entender, de
este modo, ninguna unidad con quien no compartimos una teoría, una
forma de comprender la lucha social o una serie de objetivos, tanto a
corto, como medio o largo plazo.
Sobre el sindicalismo
alternativo como elemento institucionalizador
«La
guillotina siempre
viene
del norte
hacia
el sur, por encima»
Rechazamos a todo el
denominado «sindicalismo alternativo» o a toda la llamada
«izquierda social». El sindicalismo alternativo, tanto en
su etimología como en su práctica, es el que alterna, es decir, el
que cambia o mejora algo. En este caso, lo que se cambia o alterna
son las siglas del Sindicato y lo que se mejora es el sistema de
representación. Si se introducen unas críticas o unos colores en un
sistema, este sistema se perfecciona, pero no se destruye.
En este aspecto, los
teóricos de la física que enuncian la teoría de cuerdas aciertan
de lleno, pues el sindicato de representación no es un único punto
o átomo, sino que se trata de una cuerda que se desarrolla en varias
dimensiones: el sindicato mayoritario, el segundo sindicato
mayoritario, el sindicalismo alternativo, el sindicalismo
nacionalista, el sindicalismo abertzale, el sindicalismo
corporativo… Así cada uno de ellos traslada la misma esencia
delegacionistas a cada uno de los campos sociales o dimensiones en
que se debe desarrollar (el sector «socialista», el sector
«comunista», el sector «anarquista», el sector
«nacionalista», el sector «abertzale», el sector
«cristiano», el sector «desclasado»…)
consiguiendo que los sectores descontentos de uno se desplacen a otra
de las dimensiones sin eliminar su esencia representativa.
El «sindicato
alternativo» mejora el sindicalismo de representación pero no
lo elimina, es por ello que tiende a perpetuarlo, haciéndolo más
fuerte a ataques externos o incluso a introducir en su seno esos
ataques externos; pues dentro del sindicalismo de representación
todos los discursos son válidos, lo que ya no es válido es todo
tipo de prácticas. Eso son las prácticas que tienden a destruirlo
como son la actividad consciente y continuada.
En un sistema de
delegación, todo tipo de horizontalidad tiende a perderse, esta
pérdida de horizontalidad conlleva, evidentemente, una
jerarquización y una eliminación de funciones a los sectores
inferiores o bases, esta eliminación de funciones en las bases
conlleva a un aletargamiento, a una desmovilización, al
delegacionismo, a la representación. La movilización de esas bases
sólo será posible cuando así lo dictamen las jerarquías, pues las
bases no pueden decidir sobre las cúpulas puesto que están
desmovilizadas o sin capacidad de decisión, no en vano son, en este
caso, afuncionales, y, por tanto, la movilización de esas bases no
encuentra en esas jerarquías solo principio sino además fin; pues
ésta jerarquía es la que marca los motivos de la movilización y
sus objetivos. Encontramos pues, que la movilización de los
sindicatos de representación es ajena a las bases, en este caso, a
la clase trabajadora. Cosa que se materializa en el reciente caso de
la última huelga general, donde no se vio ninguna asamblea de
trabajadores que se posicionara sobre la idoneidad de convocar o no;
incluso, no se contó con agrupaciones o sindicatos de la
«periferia», es decir las jerarquías inferiores,
provinciales o locales.
Ni queremos, ni podemos
«Somos
todo eso y aún más,
todo
lo que queráis,
sin
preocuparnos
lo
más mínimo.»
Vemos entonces que no se
trata, simplemente, de una cuestión teórica o ideológica, se trata
de una cuestión de puesta en práctica de los mecanismos decisorios.
Así, mientras unos se limitan a decidir desde despachos y poltronas
porqué, cuándo, cómo y para qué movilizarse, otros necesitamos de
un proceso horizontal; pues nosotros no hemos recibido ningún
mandato de nadie para decidir por él ni le hemos entregado a nadie
el nuestro. No se trata de procesos «lentos» sino
horizontales y ajustados a la realidad social. Es un fracaso convocar
a la huelga a quien no quiere hacerla, y en esto no se trata como en
la cocina o en el sexo de aquello de «prueba y ya vemos»,
sino que cuando se convoca a una huelga se debe hacer con pleno
convencimiento de que va a servir para algo, de que va a ser eficaz.
Y la eficacia de las huelgas deviene, fundamentalmente, entre otros
factores de importancia, de su seguimiento.
Ciertamente, puede sonar
trasnochado o utópico hacer referencia a las huelgas indefinidas
como exclusivo método de lucha eficaz, pero no es menos cierto que
es más utópico pretender que una huelga sirva de algo cuando la
convocan dos personas en nombre de varios millones de trabajadores,
parados, estudiantes y jubilados. Para nosotros no es utópico hablar
de cómo se tienen que hacer las cosas, porque que digamos como se
tienen que hacer no significa que creamos que se pueden hacer ahora.
Para hacer huelgas indefinidas o para conseguir Organizaciones
horizontales fuertes hace falta un gran trabajo de constancia que no
queremos obviar, aunque hay otros sí. Ahora, de nosotros depende que
le sigamos el juego, porque no es el nuestro.
Donde dije digo digo
Diego
«Templo
de los buenos ciudadanos.
Los
niños son torturados
hasta
que confiesan
su
primera mentira»
En último lugar, no
podemos menos que hacer denuncia de la aparente hipocresía, del
hábil gesto político y de la materialización del espíritu
autoritario que supone que Organizaciones escisionistas tiendan ahora
supuesto lazos a la unidad, a la falsa unidad desenmascarada.
Hipocresía porque es
falso hablar de unidad a alguien del que te has separado por propia
voluntad. Político porque es un gesto de electoralismo el proclamar
unidad a sabiendas de que esta, a lo sumo, es circunstancial,
autoritario porque se trata de hacer referencia a la unidad
imponiendo unos posicionamientos que en su momento, cuando esa unidad
existía, eran minoritarios.
En definitiva,
denunciamos que el intento de convocatoria de huelga por
Organizaciones del autointitulado «sindicalismo alternativo»
referenciado, por el momento, por sectores escindidos y vueltos a
escindir del anarcosindicalismo, no es sino una sutil maniobra y un
gesto electoralista. Pues no utiliza la huelga como herramienta de
lucha sino como método de propaganda, transmitiendo una imagen
distorsionada de su realidad.
Juventudes Anarquistas de
León (FIJA)
1Recapitulación
confederal, José Luis García Rúa. Orto. Nº 157-158
Abril-Septiembre 2010.