Durante los últimos años la pandemia y la crisis sanitaria han vaciado las calles de protestas, por si fuera poco, esta situación se ha visto acrecentada con la recesión económica derivada de la crisis sanitaria y con el conflicto entre Rusia y Ucrania.
De forma precipitada hemos pasado del miedo al contagio del virus, al pánico de la llegada de una tercera guerra mundial. Vivimos en una sociedad sumida en el miedo de forma inconsciente, un temor que ha sido normalizado debido a la incertidumbre que nos rodea y al sometimiento constante al estrés.
Día a día, sufrimos la inflación con el incesante aumento de los precios y somos testigo de la bajada de poder adquisitivo. Ya no podemos hacer frente a los gastos para cubrir nuestras necesidades básicas. Tenemos que trasnochar para poner la lavadora y prácticamente no podemos encender la calefacción.
No nos hemos recuperado de la pandemia y desde los medios de comunicación nos bombardean continuamente con amenazas de desabastecimiento. Tenemos que ir a trabajar o a la cola del paro y al mismo tiempo estar preocupados por si quedará leche, aceite o pan en el supermercado. La cultura de la inmediatez dispone nuestra vida y en consecuencia no es de extrañar que la salud mental de la mayoría esté en situación de alerta.
Las premisas son contradictorias, por un lado te dicen que tenemos una de las esperanzas de vida más altas de la EU y por otro lado, que por segundo año consecutivo somos el país que mas tranquilizantes consume del mundo. Nos llaman “generación lexatin” pero cada vez alargan más la edad de la jubilación. Lo cual indica que nos tratan como mero ganado productor, nos quieren drogados, obedientes y sumisos pero trabajando.
En el ámbito laboral, la pandemia y las circunstancias actuales han aumentado el miedo a perder el trabajo, esto se traduce en una gran oportunidad para que las empresas abusen y exijan más por menos. Ofertas de trabajo abusivas, contratos a jornada parcial que se desarrollan a jornada completa, empresas en ERTE que obligan al personal a ir a trabajar. La ilegalidad y los delitos contra los trabajadores y trabajadoras proliferan, a la vez que aumenta la discriminación sindical y el acoso laboral.
Como anarquistas nunca esperamos nada de ningún partido político, sea del color que sea, pero una vez más hemos asistido a la gran decepción de los trabajadores y trabajadoras en este “juego de trileros” que han llamado Reforma laboral. El mismo gobierno que en campaña había prometido hasta la saciedad la derogación total de la reforma laboral de 2012, al final acaba pactando con la patronal una modificación que se podría definir como un simple retoque. Y para colmo, se termina aprobando en el Congreso mediante una votación por error que parece un chiste y encima lo celebran como una victoria.
Hace falta más unidad que nunca, tenemos a compañeros y compañeras anarcosindicalistas en Asturias amenazados con penas de prisión por ejercer su derecho a manifestación y apoyar a una trabajadora. También sentimos una profunda tristeza de ver al movimiento feminista dividido por opiniones contrarias sobre la prostitución y la ley trans.
Este 1 de mayo hacemos un llamamiento a todos los colectivos sociales, asociaciones y sindicatos para hacer autocrítica. No podemos estar divididos mientras la extrema derecha campa a sus anchas encendiendo la mecha de agitación social en cuanto se le presenta la oportunidad. Aprovechan cualquier excusa o conflicto para capitalizar las protestas con lemas populistas que esconden ese pensamiento, xenófobo, homófobo y racista. No podemos dejar que el olor rancio se impregne de nuevo a la sociedad.
La CNT de León os convoca a todxs a participar en un multitudinario acto de concentración por una jornada de lucha obrera, apoyo mutuo y acción directa, que se celebrará el próximo domingo, 1 de Mayo en la Plaza Santa María del Camino (Plaza del Grano), s/n; C. P. 24003 de León, a las 13:30 horas, para la lectura de comunicados y mítines junto con diversos colectivos sociales de la provincia.
Os esperamos a todxs compañerxs.
¡Por un 1 de mayo con más unidad que nunca!
