Hoy, 28 de noviembre de 2013, dos compañeros han sido detenidos por supuestas «agresiones, daños y delitos contra el ejercicio de derechos fundamentales y libertades, con agravante de odio» durante la manifestación en Ciudad Universitaria el 20N.
Tras esto, unos cuantos compañeros nos acercamos al búnker policial a preguntar por su estado, negándosenos cualquier información «por desconocimiento» de la misma (será que tantos metros cuadrados no permiten un control sobre la gente recluida, lo cual explicaría su desconocimiento de las torturas en el calabozo (si es que, qué mal pensados somos, y nosotros presuponiendo de mala fe que los encubrían o, simplemente, se turnaban.)). Allí nos fuimos juntando los compañeros y familiares, de todos los detenidos que iban llegando (varios furgones) y, así, nos enterábamos de que el Estado había decidido mostrar su fuerza (como aviso ante la nueva Ley de Seguridad Ciudadana) dando un golpe a cualquier movimiento social contestatario, tirando de lista y secuestrando gente arbitrariamente.
Ante estas agresiones, el Sindicato de Enseñanza e Intervención Social de CNT-AIT Madrid exige su inmediata puesta en libertad sin cargos. No sólo de nuestros compañeros sino de todos aquellos que el Estado tiene secuestrados, en cárceles o comisarias.
Mientras el estado exprime y estrangula constantemente a los trabajadores, con un 27% de paro, condenándonos a la más absoluta miseria, quiere encerrar a todo militante que lucha contra la violencia que ejerce, para que no se oiga lo que exigimos; pero nosotros no nos callaremos, no podrán con nosotros como no han podido en 100 años de historia. Seguiremos practicando la solidaridad y el apoyo mutuo, nuestra mejor arma contra la represión. Seguiremos luchando contra las desigualdades sociales, contra la miseria y contra la esclavitud asalariada. Seguiremos luchando por un mundo en que todos podamos contribuir como parte activa a su desenvolvimiento. Seguiremos luchando por un mundo en que los individuos sean libres y se asocien libremente con sus congéneres para conseguir sus objetivos comunes.
Y no escatimaremos en medios. Lucharemos contra la ignorancia sistematizada que es la educación estatal. Lucharemos contra las agresiones del patrón y del estado. Lucharemos contra aquéllos que quieran seguir beneficiándose de la miseria y del trabajo ajenos. Lucharemos contra todos los políticos, que parasitan de las instituciones del estado. Y lucharemos sin dirigentes ni líderes.
Y denunciaremos una vez más la farsa de la democracia, una dictadura capitalista disfrazada de libertad. Un sistema al servicio de los capitalistas que nos venden como de interés general; pero que cuando la gente hablamos, ellos nos callan con todos los medios a su alcance, cambiando la legalidad si hiciera falta (véase la utilidad de ella entonces: sólo defender sus intereses), para poder justificarse ante «la opinión pública» (o la gente de bien, como se decía antes).
En definitiva, a pesar de la violencia del estado y sus instituciones, seguiremos luchando por el comunismo libertario.