El domingo, 19 de Diciembre, a las 12 horas, realizaremos un mitin en la Plaza del Cuartel Viejo de Fabero para celebrar el Centenario de la CNT y rememorar la proclamación del comunismo libertario en la zona en el mes de Diciembre de 1933.
Cuando los trabajadores somos capaces de organizarnos sin intermediarios ni dependencias de ningún tipo, cuando rechazamos todas las prebendas delegacionistas e intermediadoras (políticos y sindicatos de representación), cuando conseguimos, por nuestros propios medios, poner freno a los abusos del capital y conseguir mejoras en nuestra vida cotidiana; entonces, nos queda claro que no basta con pedir una serie de mejoras o, si acaso, evitar una serie de retrocesos; hay que ir a por el todo.
La nueva reforma laboral ha supuesto un punto de inflexión en el abaratamiento del despido; los despidos colectivos, los expedientes de regulación de empleo (EREs) o los despidos por causas «objetivas» no se consideran ya como algo excepcional sino como una estrategia cotidiana en el desarollo económico de la empresa. El trabajador es ya un número más en la parte de «salidas» del libro de cuentas, y cuanto menos reste, mejor.
Los sindicatos de representación, de todos los colores y discursos, decidieron hacer una mera escenificación tras su aprobación pero lejos de oponerse a esta reforma laboral, han asumido su papel de intermediadores para su cumplimiento a cambio de su sueldo: las subvenciones. Hemos visto a estos sindicatos dar el visto bueno a los EREs de Teleno y Everest, e incluso en Roldán asumir el discurso de que entre todos debemos salvar a la empresa. Como decía una pancarta en la última huelga general: «Los banqueros nos roban, los políticos nos engañan, los sindicatos nos venden: ¡A la mierda!».
«¡A por el todo!». Ese fue el lema que enarbolaron los trabajadores del Sindicato de la CNT en Fabero en diciembre de 1933. En el contexto de una Huelga General, los trabajadores no se conformaron con dejar simbólicamente su puesto de trabajo, haciendo uso de su capacidad de producción, sino que, además, comenzaron un proceso revolucionario que culminó en la proclamación del comunismo libertario en la comarca durante varios días, haciendo uso de su capacidad de organización. Así, demostraron que es posible construir una sociedad sin jerarquías de ningún tipo, como más tarde volvería a comprobarse en los ejemplos históricos de Asturias en 1934 y Cataluña, Aragón y Levante en 1936.
En el Centenario de su creación, la CNT sigue defendiendo sus Principios, Tácticas y Finalidades que la convierten en una Organización alejada del Estado, pues no recibe ningún tipo de subvención, del delegacionismo, pues rechaza la estrategia de las elecciones sindicales y la figura de los «liberados», y de cualquier colaboración con el capitalismo, pues no firma ningún tipo de despido, sea individual o colectivo. En el Centenario de su creación, la CNT sigue siendo la herramienta revolucionaria para los trabajadores.
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