Concentración el miércoles 22 de Septiembre a las 12 horas en los Juzgados de León.
Como eres el patrón, tienes a tu alcance el arma del despido libre y gratuito y de los contratos basura. Eso para empezar. Además, contratas a una mujer con el añadido de estar denominada como extranjera, con lo que eso significa en tu cabeza de «jefe». El resultado es que usas y dispones de alguien a tiempo completo, el sueño de todo buen amo: pagas a capricho, a tus órdenes, sirve, lava, friega, cocina, limpia… No hay horario de salida y cuando no tienes el día feliz, la pegas en la calle en compañía de dos mujeres con la que compartes censo y roce de familiar y honesta jauría.
Como eres de fácil digestión, alardeas de tu condición de mando entre los que te jalean o se callan. Cuando las cosas se tuercen porque te paran los bríos, llamas a tu empleada para advertirla y amenazarla. Te supones un elegido porque piensas como los de tu cuerda que «mientras dura la vida que no se acabe el cuento». Pero el cuento se te ha acabado.
COMBATE EL RACISMO
El concepto de raza es una idea lentamente construida a partir de elementos que pueden ser tanto rasgos físicos, como costumbres sociales, particularidades lingüísticas y como noción jurídica. El régimen nazi lo hizo con la legalización de la noción de raza; en 1945 el estado sudafricano con las categorías legales raciales y hoy la Ley de extranjería con el concepto jurídico de expulsión. La idea de raza, su noción, es un artefacto criminal. Un artefacto técnico homicida. Y su eficacia está probada. Es un medio de racionalizar, de organizar la violencia asesina y la dominación de los grupos sociales poderosos sobre otros grupos sociales reducidos a la impotencia
