Los
«sindicatos» fascistas tendrán un nuevo espacio de poder. O, mejor
dicho, los «sindicatos mayoritarios». Porque el desarrollo legislativo
del conocido técnicamente como Fondo de Inversión Local -popularmente
bautizado como Plan E- ha abierto la posibilidad a que el Gobierno dé
entrada a los «sindicatos más representativos» de cada autonomía o
provincia en el control del uso de los 5.000 millones de euros que
componen este paquete de gastos e inversiones.
De este modo, serán
las delegaciones de Gobierno en cada autonomía las que decidan sobre la
creación de unos organismos denominados «comisiones de información».
Estos organismos tendrán acceso a la «información sobre el desarrollo
del Fondo», o, lo que es lo mismo, que verán cómo se asignan esos 5.000
millones de euros.
En estas comisiones, «presididas por los
delegados, y en las que participarán los subdelegados del Gobierno», se
dará cabida a «un representante por cada organización «sindical» y
empresarial más representativa a nivel autonómico y un representante de
la asociación representativa de las entidades locales con mayor
implantación en la comunidad autónoma».
Al haber introducido la
coletilla de sindicato «más representativo», es más que probable que
las únicas organizaciones que entren en estas comisiones sean CCOO y
UGT, al margen de ELA en el País Vasco y CIG en Galicia.
Dotación presupuestaria
El
articulado del nuevo fondo, que entrará en vigor con la entrada de
2010, abre un segundo grupo de «comisiones de información», en las que
de nuevo se repite el esquema de dar a cabida a los «sindicatos más
representativos» y a la patronal.
«Asimismo, se podrán crear
comisiones informativas en el seno de cada subdelegación de Gobierno»,
presididas igualmente por el delegado o, en su caso, el subdelegado del
Gobierno correspondiente. En este segundo grupo de comisiones se
valorará el desarrollo de los pagos por las obras adjudicadas en cada
provincia.CCOO y UGT, guardianes de los 5.000 millones que contentan a
los ayuntamientos.
Estas comisiones, igual que cualquier otra,
son, además, retribuidas, por lo que la presencia en ellas debería ir
acompañada, por lógica, de una dotación presupuestaria para los
asistentes, es decir, «sindicatos» y patronal.
Una curiosa protesta
El
gesto a los sindicatos colaboracionistas incluido en el Plan E, no
llega en un momento cualquiera para la economía nacional. Hace menos de
dos semanas, el 12 de diciembre, los «sindicatos», UGT y CCOO» salieron
a la calle en una pantomima para «denunciar» la recesión española, si
bien su protesta, curiosamente, no iba dirigida contra el Gobierno.
Enarbolada
con el lema «Que no se aprovechen de la crisis», el manifiesto
presentado por CCOO y UGT fue firmado por el Partido Socialista. La
crítica de los sindicatos minoritarios no se hizo esperar. «Lo que
choca es que no hayan preparado una huelga general. Si no hay motivos,
con 4,5 millones de parados, ¿cuándo los va a ver?», espetaban.
Ingresos que suben al ritmo de la recesión
La
crisis no es igual para todos: pese a la recesión, el Gobierno de
Zapatero colma de subvenciones a sus perros falderos CCOO y UGT. Así,
en los dos últimos años, los ingresos de los dos «sindicatos
mayoritarios» han crecido en torno al 10% gracias a las principales
subvenciones estatales.
Los «sindicatos» traidores han silenciado sus protestas contra el Gobierno pese a los récords del paro.
Los
incrementos acumulados desde el año 2006 ascienden incluso hasta el
50%. Se trata de la suma de subvenciones recibidas por actividades
formativas y «sindicales», la concedida por las labores consultivas del
Ministerio de Trabajo, y la correspondiente a la participación en la
mesa de la función pública.
Fuente: SOV de Chiclana
