Desde la CNT estamos totalmente en contra de la distorsión de la historia que supone que integrantes de la maquinaria estatal, como son políticos y liberados sindicales, pretendan homenajear a una persona cuyas ideas se enfrentan completamente con lo que ellos representan.
Siendo alcalde de León Morano del PP, ya surgió la iniciativa presentada por este partido de poner el nombre de una calle a Buenaventura Durruti En un comunicado conjunto de la CNT y la UGT en los medios de comunicación se salió al paso de este histrionismo. Desde entonces se abrió la veda para ver quien era el primero en abatir pieza y quedarse con el trofeo de poner nombre de calles, plazas y hacer monumentos a Durruti. Comenzó el ofrecimiento al mejor postor de los servicios de imagen y el catálogo de símbolos históricos para convertir la figura de Durruti En la mercancía del momento; resucitada como logo comercial y carroña de partidos políticos y de la red de mamporreros que ejercen de liberados sindicales y esquiroles que bajo la máscara sindical trabajan para el beneficio del estado y la patronal.
Se presenta una ficticia necesidad de que Durruti tenga monumento o calle en León, algo que no tiene ningún sentido ya que su figura y su vida son mundialmente conocidas por todas aquellas personas que se preocupan y luchan por la emancipación de los trabajadores. Se le quiere colocar junto a reyes y fascistas varios, olvidando, al parecer, la razón de ser de estos elementos, que no es otra que la de elogiar el poder sobre el pueblo. Más que un homenaje a la obra de Durruti, el meterle en el mismo saco que todos estos personajes, supone vaciar su vida de todo sentido revolucionario.
La trayectoria y la historia de estos compañeros de ideas esta clara en sus acciones, que se encuentran recogidas en varios libros y artículos, tanto escritos por ellos mismos como por gente que les conoció de primera mano. El mejor homenaje es continuar su lucha, desenmascarando a todos estos oportunistas que intentan reescribir la historia en su propio beneficio. Algunos incluso aprovechándose del parentesco para arrimar el ascua a su sardina, y claro, como el muerto no puede defenderse, maquillarle y ridiculizarle sacándole de procesión de la mano de sus enemigos, mostrando un completo desprecio por su memoria y la lucha que realizaban.